19/8/11

Un poco de tradición


San Magín es el copatrón de Tarragona. Hoy se celebra la fiesta pequeña en su honor. Un poco de historia...
El río Gaià nace en Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà) va recogiendo agua de torrentes y barrancos, uno de los que más aportan, el de Sant Magí, en la sierra de la Brufaganya. Quizás por ello, historiadores antiguos, han dado como lugar de nacimiento las fuentecillas que rodean al santuario de Sant Magí, atribuyendo la leyenda al Santo.
Unos dicen que fue miembro de la casa real borgoñona y eligió esa zona de Tarragona para vivir, después de haber recorrido mucho mundo.
Pero parece ser que fue un ermitaño de finales del siglo III y principios del IV, que nació en Tarragona o en uno de los pueblos que rodean el monte de Brufagaña.
A la llegada a Tarragona de Daciano obedeciendo órdenes de Maximiano, emprendió persecución contra los Cristianos, siendo detenido Sant Magí, al que encarcelaron. Fue liberado de la prisión en la que permanecía, por un ángel y salió de la ciudad por una puerta que conducía al otro lado de las murallas y que posteriormente se llamaría, puerta o portal de Sant Magí, donde actualmente tiene la capilla que lleva su nombre. 
Esta abertura o puerta estuvo muchos años tapada, dejándola a la vista del público posteriormente, y uno puede hacerse una idea de la huída del Santo, vista desde el interior de la capilla puede verse la puerta y las murallas al otro lado. Así igualmente al pasear por el interior de las murallas, puede contemplarse la puerta que comunica con la Capilla. 
Regresó al monte de la Bufraganya, y siendo preso en la cueva de nuevo, es llevado a Tarragona, dice la leyenda que tiró su cayato -gaiato, y que en el lugar donde cayó, brotaron unas pequeñas fuentes de agua para que sus captores pudieran beber, de ahí el nombre al Río Gaia. Finalmente fue degollado el 25 de agosto de 306.

*** Al parecer Después de muerto aun se le atribuyeron otros milagros, entre ellos, el que aconteció cuando la retirada napoleónica en 1813. Tarragona fue destruida, como tantos otras ciudades de la península, quedó en pie el sector oriental de la parte alta de la ciudad, siendo creencia que por haberse apagado la mecha del fuerte de San Magín, encendida por los enemigos por tres veces consecutivas, tantas como el santo, con un botijo apagó la mecha desde el cielo. ("Esta escena puede verse en una pintura sobre la pared derecha de la entrada de la iglesia de Sant Magí, en la calle Portal del Carro, de Tarragona").
J. Noguera 

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